Los traumatismos de alta y baja energía pueden tener consecuencias devastadoras sobre las articulaciones, tendones, nervios y músculos. La rigidez es signo de que es necesario intensificar el tratamiento y valorar nuevas intervenciones.
Las secuelas de los traumatismos pueden afectar tanto a la mano y brazo como pierna y pie, y requieren cirugía de reconstrucción.