Es un estrechamiento anormal del conducto que lleva la orina fuera del cuerpo desde la vejiga (uretra).
Los urólogos hemos tomado conciencia de que la estrechez de la uretra masculina ha sido uno de los dolores de cabeza de la profesión. La situación se torna más compleja cuando nos fracasa aquella cirugía inicialmente escogida y que creíamos perfectamente realizada. Una segunda intervención sería técnicamente más difícil de practicar, por el ya adicional daño anatómico producido, oscureciendo entonces el pronóstico. Para alcanzar el éxito deseado es necesario tener en consideración varios puntos: se debe conocer con precisión la extensión longitudinal y radial de la estrechez, su ubicación, su multiplicidad, su etiología, su historia clínica y el estado de salud del paciente.